En mi viaje a Japón visité Koyasan, también conocido como Monte Koya (高野山) y decidí alojarme en uno de sus templos budistas, algo que no había hecho antes en ningún lugar del mundo. La experiencia fue mágica y te la quiero contar.

Koyasan, tradición japonesa y budismo shingon

Koyasan, es el epicentro del budismo shingon, una de las corrientes budistas más relevantes en Japón. Esta tradición fue introducida en el país por Kobo Daishi hace más de 1200 años, quien es una figura destacada en la historia del budismo japonés.

Shingon (真言宗, shingon shū) es una de las principales corrientes del budismo en Japón y destaca como la principal escuela tántrica fuera de la India y el Tíbet. Y Kobo Daishi es su líder principal, en esta ciudad está su mausoleo en uno de los cementerios más impresionantes de Japón y es un centro de peregrinación para budistas y japoneses.

Con el paso del tiempo, Koyasan se ha transformado en uno de los destinos de peregrinación más populares del país, atrayendo diariamente a un número creciente de visitantes, tanto locales como extranjeros. Sus paisajes, templos y la espiritualidad que emana del lugar, junto con la experiencia única de pernoctar en un templo budista mientras se explora la zona, confieren un atractivo especial a esta región.

koyasan

Llegar al Monte Koya (Koyasan)

Tomamos el tren expreso de la línea ferroviaria Mount Koya desde la estación de tren de Namba Nankai y tardamos aproximadamente 100 minutos en llegar a la estación del teleférico del Monte Koya. También hay un tren Limited Express que es un poco más rápido (90 minutos), pero todos los asientos están reservados y es más caro.

Al llegar a la base del Monte Koya, el tren inició su ascenso pausado por la montaña. Fue un trayecto encantador, con el tren serpenteando entre el bosque circundante, ofreciéndonos vistas de pequeñas aldeas y arroyos de montaña a medida que avanzábamos. Al llegar a la última parada, la estación de tren de Gokurakubashi, hicimos la transición al teleférico para el tramo final hacia la cima. El viaje en teleférico fue emocionante, con una empinada subida de tan solo 5 minutos que nos brindó hermosas vistas del paisaje.

Los Shukubos de Koyasan (templos budistas donde dormir)

Finalmente llegamos a nuestro Shukubo. Un Shukubo es un templo budista donde, en el pasado, los monjes que recorrían largas distancias se detenían y encontraban alojamiento. Con el tiempo, al notar que cada vez más viajeros necesitaban descansar tras largos trayectos, estos shukubo comenzaron a abrir sus puertas a turistas y peregrinos regulares.

En la actualidad, muchos viajeros eligen alojarse en diferentes templos para experimentar los diversos estilos de shukubo disponibles. Y eso es lo que vamos a hacer. Hospedarse en un shukubo es una estadía llena de paz y permite experimentar la vida como un monje budista. Incluso si es solo por un día, esta experiencia ofrece la oportunidad de desconectar de los problemas cotidianos y el estrés.

Mejores Shukubos en Koyasan

La oferta de Shukubos (templos Budistas donde alojarse) es muy amplia. Te dejo los mejores 5 y el que me alojé. Lo más importante es decirte que para vivir la experiencia budista, no hace falta ir al más caro. Yo me alojé en el más barato y la vivencia, calidad y estilo fue EXCELENTE.

🈹 高野山 宿坊 大明王院 -Koyasan Shukubo Daimyououin

🈹 高野山 真田坊 蓮華定院 -Koyasan Sanadabo Rengejoin

🈹 高野山 宿坊 宝城院 -Koyasan Shukubo Hojoin

🈹 高野山 真田坊 蓮華定院 -Koyasan Sanadabo Rengejoin

🌟 高野山 宿坊 桜池院 -Koyasan Shukubo Yochiin (AQUÍ ES DONDE ME ALOJÉ)

Comida vegetariana y onsen en un Shukubo

Primero nos dieron una yukata y sandalias para sentirnos más cómodos. Nos mostraron nuestra habitación de piso de tatami y paredes de papel. Nos invitaron un té verde y una galleta de arrón. Para la cena, un monje nos condujo a nuestro comedor, una sala de tatami. Cada uno de nosotros tenía asignada su propia mesita, alineadas en dos filas opuestas dentro de la habitación. Los platos vegetarianos ya estaban en las mesas, todo prolijamente presentado y muy minimalista. Todo muy japones. La cena vegetariana del shukubo fue excelente, aunque tuve dificultades para identificar algunos de los platos, pero no importó, todo estaba delicioso.

Después de la cena, decidí tomar un baño al estilo Japonés. Cada templo tiene su propio Onsen termal. Los baños son compartidos mismo con los monjes. Entrando dejas tus pertenencias y yukata en una cajita, tomas una toalla chica y un toallon, y entras al onsen como Dios te trajo al mundo. Es muy particular esta forma de bañarse. Primero te sientas desnudo frente a un pequeño espejo y con la toalla chica te lavas el cuerpo. Te enjuagas con la ducha de mano (siempre sentado en un taburete de madera y mirándote a un pequeño espejo personal).

Luego de estar bien higenizado, te sumerjes en una pileta grande de agua termal para terminar de relajar y quitar impurezas. La pileta es comunitaria y puedes permanecer el tiempo que quieras. Luego de este baño termal, vuelves a tu taburete a darte una ducha fría y estás listo para secarte y salir. La experiencia fue única. Debo confesar que al principio tuve vergüenza, pero me dispuse a vivir la experiencia y la super recomiendo.

Dormir y meditar en Koyasan

El templo estaba sumido en un silencio tranquilizador, y disfruté paseando por sus pasillos en la noche iluminados por faroles con velas que bordeaban el jardín japonés. Caminar por los pasillos con mi yukata me hizo sentir que realmente estaba sumergido en la vida de un templo budista, una experiencia que nunca había imaginado experimentar.

Luego, llegó la hora de dormir. Al ingresar en la habitación, nos encontramos que los monjes habían preparado nuestra cama. Dormiríamos en un futón puesto directamente en el suelo. Un futón es una cama tradicional japonesa que consta de un colchón y una funda unidos, tiene una altura de unos 10 cm y es relativamente cómodo y duro al mismo tiempo. Dormimos relajados y en paz.

Al despertarnos y en ayunas, los monjes nos invitaron a una meditación budista en el salón ritual del templo japonés. Nos dieron una guía fonética para poder acompañarlos en la ceremonia. La experiencia fue fascinante y la energía se sentía muy agradable.

Luego de la meditación, desayunamos y nos fuimos a conocer Koyasan y el cementerio Okuno-in. Te dejo mi expriencia en este video sobre Koyasan.

Conclusión, ¿Vale la pena alojarse en un Shukubo en Koyasan?

Si viajas a Japón, esta es una experiencia sumamente recomendable. Ya que mezcla tradición japonesa con un destino mágico. Aunque puede ser un viaje un poco largo llegar al Monte Koya, vale la pena el esfuerzo y saldrás con un sentimiento muy especial hacia esta montaña sagrada junto con algunos recuerdos maravillosos.

Abrazo!!

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Japón By Viajero Turista